Problemas de conservación
La Avutarda Común es muy sensible a las alteraciones o destrucciones parciales del hábitat, las cuales provocan extinciones locales generalmente irreversibles (Alonso et al, 2003a). Debido a la destrucción de parte de su hábitat, parece que existe una tendencia a la agregación en otras zonas ya ocupadas, hasta llegar a densidades máximas quizá demasiado elevadas, de 5-6 individuos/km2, que podrían producir una disminución de la productividad por denso-dependencia.
Sus principales amenazas son: pérdida, fragmentación y deterioro del hábitat; la elevada mortalidad; su baja productividad; y el fomento de legalización de la caza.
El abandono de las formas tradicionales de agricultura extensiva hacia sistemas intensivos y la simplificación del paisaje agroestepario están produciendo la pérdida del hábitat. Además la proliferación de infraestructuras como carreteras, vías férreas, vertederos, etc. conllevan a una fragmentación del hábitat. El deterioro del hábitat es debida a los cambios de uso del suelo a agrícola a urbanizable y/o industrial y las molestias derivadas de actividad de ocio humanas (caza, vehículos todoterreno, etc.).
La avutarda común presenta una elevada mortalidad por la colisión contra tendidos eléctricos y alambradas, la caza furtiva (destacando los machos en primavera) y la depredación por perros sueltos o asilvestrados.
Esta especie también presenta una baja productividad debido al establecimiento de técnicas agrícolas inadecuadas para las características reproductivas tróficas de la especie. Además, otra amenaza a destacar es el fomento de legalización de la caza desde ciertos ámbitos cinegéticos.