Directrices para su conservación

Entre las directrices que deberían tomarse las más importantes son: asegurar un régimen de cultivo de cereal, mantener la prohibición de la caza, evitar planes de reforestación o regadío. También goza de importancia declarar zonas protegidas en las áreas más importantes de reproducción y de concentración estival o invernal, vigilar el cumplimiento de la normativa de protección de la especie y su hábitat en las principales ZEPA, y desarrollar planes específicos de conservación para cada una de las áreas con avutardas. Por otro lado, debe impedirse la construcción de tendidos eléctricos tanto en las zonas de campeo como en las rutas migratorias y enterrar o desviar los tramos más peligrosos que ya existen; prohibir la instalación de alambradas en las zonas donde se encuentra mayor número de avutardas, y controlar a los perros asilvestrados en las zonas de cría. Por último, también resulta necesaria la realización de censos anuales tanto en los núcleos reproductores más representativos como en los núcleos marginales y proseguir con las campañas de sensibilización de la población.